Bicampeón con toda la gloria
Automovilismo – WTCC
Por Jonathan Romero
Pechito López se adjudicó por segunda vez consecutiva el campeonato del Mundial de Turismos al ganar en la carrera 1 en Tailandia. En la carrera 2 el triunfo fue para Thiago Monteiro. Yvan Muller no pudo hacer nada al abandonar en ambas competencias.
Si el año pasado fue un ejemplo de superación, de hacer frente a las adversidades, este año confirmó que no fue cuestión de suerte y que detrás del volante del Citroen C-Elysée número 37 hay muchísimo talento.
José María López volvió a ser un orgullo nacional una vez más al obtener su segundo campeonato en el WTCC gracias a la victoria en la primera carrera disputada en el circuito tailandés de Buriram. Luego de conseguir la pole, asegurándose el mejor lugar de partida, el cordobés no perdió la punta en ningún momento. Siempre escoltado por su compañero de equipo, Sebastien Loeb, que si bien no lo llegó a presionar demasiado, fue el que más cerca estuvo de su posición. El único que tenía chances de postergar su festejo era Yvan Muller, con otro de los 4 C-Elysée oficiales, pero un toque y una posterior rotura de la suspensión trasera del auto, lo dejaron fuera de carrera. Tras 16 vueltas, el argentino volvía a hacer historia y a emocionar a sus miles de seguidores al desplegar la bandera nacional en la vuelta de honor.
Su llegada a boxes continuó con ese clima emotivo, agradeciendo a sus mecánicos, los directores de Citroen Racing, su novia y algunos de sus familiares que fueron a presenciar la competencia y festejar con él.
La segunda carrera tuvo varios incidentes en la pista, con múltiples abandonos, entre los que otra vez se encontraba el #68. Con el Honda Civic de Thiago Monteiro adelante, Loeb fue abriéndose paso hasta aproximarse al puntero pero no alcanzó a intentar superarlo ya que la carrera debió finalizar antes al caer la noche más rápida de lo previsto. Buena actuación del flamante bicampeón que aun habiendo logrado el título, escaló de la novena a la cuarta posición. Por fin, podio para las dos competencias y la corona de laureles para Pechito.
Broche de oro para un año perfecto, con numerosas victorias, entretenidas carreras y algunas batallas entre López y Muller. Un año que lo vio ganador de local en Termas de Río Hondo pero también en el mítico Nurburgring. Un año que confirmó que la decisión de volver a insertarse en el automovilismo internacional, apoyado por su padre que en ningún momento perdió la esperanza a pesar del traspié en el fallido intento de llegar a la Fórmula 1, fue la mejor que había podido tomar.