Día Internacional de las Cardiopatías Congénita
La cardiopatía congénita es la malformación más común que puede tener un bebé al nacer: en Argentina cada año nacen 7.000 niños y niñas con esta patología. Son la principal causa de muerte en menores de 1 año, sin embargo el 95% puede solucionarse con diagnóstico y tratamiento oportuno. La importancia de la detección fetal.
Todos los años unos 7 mil bebés nacerán con un tipo de cardiopatía congénita en nuestro país, un tipo de malformación en el corazón que deberá ser diagnosticado a tiempo durante el embarazo o primeros meses de vida para que el niño o niña pueda sobrevivir. Se sabe que el 95% de este tipo de patologías puede corregirse mediante la cirugía cardiovascular y que a partir de la semana 20 de gestación puede detectarse la anomalía en el feto, lo que eleva su posibilidad de tratamiento adecuado y sobrevida.
La cardiopatía congénita es la malformación más frecuente en recién nacidos, la segunda causa de muerte en el período neonatal y responsable de más del 10% de la mortalidad infantil. «El progreso tecnológico en el área de imágenes ha contribuido al diagnóstico fetal y actualmente es posible detectar la mayoría de las cardiopatías congénitas a partir de las 20 semanas de gestación», destacó el jefe del Servicio de Cardiología, Horacio Capelli. El primer paso para detectar una cardiopatía, entonces, lo dará el obstetra en los controles periódicos durante el embarazo.
La detección temprana consiste, sobre todo, «en saber a quién debe realizarse un ecocardiograma fetal, porque existe un grupo de riesgo que tiene mayores probabilidades de tener un niño con una cardiopatía congénita, por eso el obstetra o ecografista obstétrico debe estar atento, indicar ese ecocardiograma y monitorear la existencia o no de asimetrías en el tamaño de las cavidades o vasos cardíacos», afirmó Capelli.
Las mujeres a las que debe realizarse este tipo de control durante el embarazo son: madres con cardiopatías congénitas, con hijos anteriores con defectos cardíacos congénitos, madres diabéticas. Sin embargo, es importante destacar que madres sin antecedentes ni factores de riesgo, también pueden tener un hijo con una malformación congénita: el 1% de los bebés nacidos en el país tienen una cardiopatía.
Capelli resaltó que «la detección puede hacerla el obstetra cuando hace la ecografía de las 20 semanas del embarazo. Para eso debe estar preparado para ver el corazón y poder detectar alguna cosa que le llame la atención para derivarlo al especialista en ecografía fetal donde se confirmará o descartará la cardiopatía».
En caso de ser detectada, el embarazo continuará con los controles periódicos con el objetivo de «monitorear si las cavidades se siguen achicando o si las válvulas continúan cerrándose para definir si es necesario un procedimiento intraútero, y para programar el parto en una clínica u hospital con cirugía cardiovascular y cardiología infantil», aseguró Capelli. Los casos en que la cardiopatía se detecta durante la vida fetal tienen un mejor pronóstico a nivel mundial de resultado en la cirugía correctora, menos probabilidades de alteraciones cognitivas y de oxigenación cerebral.
El jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiovasculares del Garrahan, Ricardo Magliola, explicó que en Argentina «casi el 20 por ciento de las cardiopatías congénitas tienen diagnóstico prenatal, cuando en los países desarrollados ese porcentaje alcanza el 70 por ciento; sin embargo el índice de mortalidad en el Garrahan de estos mismo niños es del 5 por ciento, índice que compartimos con los centros pediátricos del primer mundo».
El Hospital Garrahan es el Centro Coordinador de Derivaciones del Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas, recibe más de 18 mil consultas anuales por estas cardiopatías, realiza unas 550 cirugías correctoras por año, 12 mil ecocardiogramas y 450 cateterismos cardíacos, de los cuales el 70% son intervencionistas. Además brinda atención cardiológica a pacientes de todo el país y de otros países y es el centro para cirugía cardiovascular infantil con más experiencia de Latinoamérica. Las cardiopatías congénitas son un grupo de malformaciones del corazón que se manifiestan durante la vida fetal.
Argentina cuenta desde 2010 con el Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas, dependiente del ministerio de Salud de la Nación, mediante el cual en 2016 se realizaron más de 1.800 cirugías gratuitas en todo el país a niños y niñas con cardiopatías congénitas sin cobertura formal de salud en los centros cardiovasculares tratantes para su resolución quirúrgica. Este programa permitió tener, por primera vez, un registro de cardiopatías: 5,5/1000 de recién nacidos vivos en niños sin cobertura de salud privada. El hospital Garrahan asegura la derivación, el traslado, el tratamiento y el seguimiento de los niños con cardiopatías congénitas que no cuentan con obra social.
LA DETECCIÓN DESPUÉS DEL NACIMIENTO
La mayoría de los defectos cardíacos congénitos se pueden detectar mediante las ecografías durante el embarazo. Se puede detectar también luego del nacimiento del bebé. Alrededor de la mitad de los casos requiere cirugía en el primer año de vida, y 2 de cada 3 casos son solucionables con diagnóstico oportuno y tratamiento.
La familia de cada niño debe estar alerta para el control cardiológico de su hijo cuando el pediatra detecta un soplo (sonido que se escucha con el estetoscopio), cuando hay incapacidad para realizar actividades físicas o cuando el niño presenta un colorido cianótico (azulado) de su piel o sus mucosas. En el caso de los bebés, el retraso de crecimiento con poco progreso de peso puede ser indicador de una cardiopatía congénita. Ante estos signos y síntomas se debe consultar primero al pediatra y posteriormente al cardiólogo.
Fuente: Fundación Garrahan